Las motos han pasado de ser vehículos relativamente sencillos a convertirse en auténticas máquinas de ingeniería:

Con ABS, sensores de presión de ruedas, cambios semiautomáticos, centralitas con control de tracción, diferentes mapas de potencia, asientos calefactables, cúpulas regulables electrónicamente, control de velocidad de crucero, etc.

Todas esas mejoras conllevan un mantenimiento a posteriori, para el cual es necesario tener una máquina de diagnosis que permita acceder a la centralita con el fin de detectar fallos o averías.